+ ¿El dinero es tu Dios? +








    1. + ¿El dinero es tu Dios? +




    1. Me dieron un balazo la semana pasada. Si, me asaltaron. Me siguieron desde el banco y abriendo mi casa, con la llave en el cerrojo, todo pasó…




    1. Un balazo en la pantorilla derecha, estuve en el hospital y me operaron para extraerme la bala. Afortunadamente estoy en recuperación y espero volver a caminar muy pronto.




    1. Una pausa obligada en mi ajetreada vida…




    1. ¿Por qué atraje a este ladrón en mi vida? Bueno, tengo que remontarme meses atrás, cuando por un simple problema mecánico de mi coche, me acabaron cobrando 14,000 pesos…




    1. Los ladrones estaban llegando desde antes, pero no lo había notado. La pregunta es, por qué?




    1. Esta es mi respuesta: crecí pobre, con carencias de dinero y soñando algún día vivir como rico. Si bien no lo soy, gano bien, gracias a Dios.




    1. Pero operó en mí un cambio muy sutil…




    1. Mi valor como persona, mi fuente de seguridad, lo estaba cifrando en el dinero. En mis posesiones materiales. Me volví más difícil, un león para compartir mi dinero. Y antes era más generoso.




    1. Me sorprendí, que la tensión que sentía cuando era pobre, es casi la misma que experimento ahora, es la misma ansiedad…




    1. Cuando era pobre, era la ansiedad de no tener para las cosas básicas. Ahora que me va mejor, era la ansiedad a perderlo todo y volver a la horrible tensión, de tener las manos atadas por falta de dinero. Ansioso, de todas maneras.




    1. Y entendí lo que es la mentalidad de la pobreza, es muy poderosa! Puedes tener dinero, pero esa mentalidad, es la que destruyó en su momento de mayor gloria, al cantante mexicano José José.




    1. Cuando tuve la fortuna de observar su homenaje el fin de semana, me vi. José José fue muy pobre desde su niñez, sufrió mucho y cuando llegó el éxito, no lo pudo controlar. Tenía dinero, pero la mentalidad siguió ahí.




    1. ¡Como me identifiqué con él!




    1. ¿Sabes? El dinero, es una moneda de cambio del bien que hacemos a otros. Mientras más servimos, el dinero llega a nosotros, pero ese dinero debemos hacerlo circular. No nos pertenece. Es el caudal de un río que pasa por nosotros, el cuál nos permite disfrutarlo a su paso por nuestras manos, pero debemos dejarlo circular a otros. Si lo detenemos, la vida nos lo arrebata en forma de ladrones.




    1. Me obsesioné tanto con las decisiones financieras que quería tomar, que no tomaba ninguna y mi dinero no circulaba.




    1. Comprimió mi energía, me sentía tenso. Y los ladrones llegaron a mi vida.




    1. Aprendí a tenerle menos cariño al dinero. A partir de ahora, me desprendo más rápido de él y mi ánimo se siente mejor. Me obsesiono menos en la toma de decisiones, me aviento!! Avanzo más rápido.




    1. ¿El dinero es tu Dios también?

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