¿Qué es un emprendedor?

Introducción

 

Un emprendedor es una persona que diseña, lanza y pone funcionamiento un negocio, partiendo de una innovación. El emprendedor es un empresario de la innovación; además de lanzar la empresa, abre una nueva línea empresarial, su creatividad abre las puertas a otros empresarios y a otros nuevos productos.

El emprendimiento es la capacidad y el deseo de desarrollar, organizar y manejar un negocio junto con sus respectivos riesgos, con el fin de obtener una ganancia.

La mayoría de las definiciones de emprendimiento se centran en el lanzamiento y puesta en funcionamiento de un negocio debido a los altos riesgos que implica el lanzamiento de una start-up. Unas porciones significativas de los negocios tienen que cerrar debido a la falta de financiamiento, malas decisiones de negocios, crisis económica, falta de mercado, o una combinación de todas estas circunstancias.


¿Qué es un emprendedor?

 

Se denomina emprendedor a aquella persona que identifica una oportunidad y organiza los recursos necesarios para cogerla. De hecho, en la etimología de la palabra se encuentra la voz latina prendĕre que significa literalmente coger o tomar. Es habitual emplear este término para designar a una «persona que crea una empresa» o que encuentra una oportunidad de negocio, o a alguien quien empieza un proyecto por su propia iniciativa.

Fue definido por primera vez por el economista Richard Cantillon como «la persona que paga un cierto precio para revender un producto a un precio incierto, por ende tomando decisiones acerca de la obtención y el uso de recursos, y admitiendo consecuentemente el riesgo en el emprendimiento

Otros estudiosos han definido este término de distintas maneras, entre ellos:

Jean-Baptiste Say (1803): Un emprendedor es un agente económico que une todos los medios de producción, la tierra de uno, el trabajo de otro y el capital de un tercero y produce un producto. Mediante la venta de un producto en el mercado, paga la renta de la tierra, el salario de sus empleados, interés en el capital y su provecho es el remanente. Intercambia recursos económicos desde un área de baja productividad hacia un área de alta productividad y alto rendimiento

Joseph Alois Schumpeter (1934): Los emprendedores son innovadores que buscan destruir el statu-quo de los productos y servicios existentes para crear nuevos productos y servicios

Peter Druker (1964): Un emprendedor busca el cambio, responde a él y explota sus oportunidades. La innovación es una herramienta específica de un emprendedor, por ende el emprendedor efectivo convierte una fuente en un recurso.

Howard Stevenson (1975): El emprendimiento es la búsqueda de oportunidades independientemente de los recursos controlados inicialmente

 

 

Orígenes del emprendedor

 

El término de la palabra emprendedor deriva de la voz castellana emprender, que proviene del latín, coger o tomar, aplicándose originalmente —tanto en España como en otros países— a los que entonces eran considerados aventureros, principalmente militares, término que posteriormente pasó a tener connotaciones comerciales. La palabra fue definida por primera vez en el Diccionario de autoridades de 1732, todavía con esa connotación, como «La persona que emprende y se determina a hacer y ejecutar, con resolución y empeño, alguna operación considerable y ardua».8​ También se le describe como «Señor esforzado y emprendedor de hazañas notables, como su padre».9​

 

Ese sentido y evolución está estrechamente relacionado con el vocablo francés entrepreneur, que surge a principios del siglo XVI. Posteriormente, a principios del siglo XVIII, los franceses extendieron el significado del término a los constructores de puentes y caminos, y a los arquitectos.

 

Así, L'Encyclopédie define el término entrepreneur como «se dice por lo general del que se encarga de una obra: se dice un emprendedor de manufacturas, un emprendedor de construcciones, un manufacturador, un albañil contratista».

 

La traducción de la frase anterior no es sencilla, dado que el sentido de las palabras ha cambiado, pero se ha sugerido que el sentido de la frase francesa –a diferencia de la hispana– se relaciona con la persona que obtiene un contrato con otros y está a cargo de su ejecución, lo que en España se denominaba en aquellos tiempos "maestros de obra" –personajes tales como Carlín o Alonso Rodríguez– o un contratista en su sentido original: quienes recibían contratos reales –en el sistema de la Casa de Contratación de Indias– y, en general, quienes contrataban la producción de algunos bienes por encargo. El elemento de riesgo no aparece aún, dado que tales personajes financiaban sus actividades sobre la existencia de un contrato con alguna autoridad, y así, sus ingresos estaban por lo general asegurados.

 

Posteriormente, ese sentido de «entrepreneur» se generalizó para identificar tomadores de riesgos económicos.

 

Jean-Baptiste Say jugó un papel importante en esa generalización, haciendo en 1803 explícito y coherente ese nuevo sentido. En su Traité d'économie politique,12​ (traduciendo al español sus dichos), puede decirse que Say presentó al “entrepreneur” (en castellano, empresario13​) como el que “dirige una empresa, especialmente un contratista, actuando como intermediario entre el capital y el trabajo”.14​ Se hace notar que es raro que tales empresarios sean tan pobres que no posean siquiera parte del capital que emplean; sin embargo, para Say lo importante es que «el empresario está expuesto a todos los riesgos, por lo que se aprovecha de todo lo que puede serle favorable».

 

Esa concepción perduró hasta comienzos del siglo XX, y se puede resumir como la del propietario que maneja empresas y asume riesgos. Esta connotación aún perdura como sentido general de la palabra en países de habla hispana.

 

No obstante, esto empieza a cambiar con Joseph Schumpeter, quien sugiere que invenciones e innovaciones son la clave del crecimiento económico, y quienes implementan ese cambio de manera práctica son los emprendedores. Para Schumpeter, la clave de este concepto es la capacidad de transformar innovaciones desde un invento a un producto práctico, lo que implica un alto riesgo económico. En palabras de Eudald Domènech: “La innovación por la innovación misma no sirve para nada. Innovar es crear productos que hagan la vida más fácil.”

 

Así, en la concepción moderna, el entrepreneur/emprendedor pasa de ser principalmente un tomador de riesgos económicos, y en general, a un innovador. Por ejemplo, se ha sugerido que Henry Ford no llegó a ser un emprendedor en 1903, cuando comenzó a producir automóviles, sino en 1908, cuando comenzó a producir el modelo T, introduciendo la producción en cadena, y resultando ambas innovaciones en una revolución (un cambio cualitativo) tanto en la industria como en la sociedad estadounidense.

 

En otras palabras, se sugiere que la diferencia central entre personas del tipo de por ejemplo Bill Gates o Steve Jobs y otros, no es que ellos sean los únicos dispuestos a tomar riesgos o capaces de ello, sino que estos personajes –motivados no necesariamente en forma principal por las ganancias fueron capaces de introducir innovaciones que modificaron profundamente algún área económica o la sociedad entera. Posteriormente aparecerán otros que copian o adoptan esas innovaciones, quienes también asumen un riesgo, pero no necesariamente son –según esta concepción– verdaderos emprendedores, sino más bien hombres de negocios, comerciantes o empresarios.

 

Ese es el sentido central de la concepción schumpeteriana en relación al emprendedor: los entrepreneurs son aquellos capaces de, superando resistencias, incorporar tales innovaciones a los procesos del mundo real: “la gran mayoría de los cambios en las comodidades del consumo han sido forzados por los productores sobre los consumidores, los que, más a menudo que no, han resistido el cambio, y han tenido que ser educados por las elaboradas técnicas psicológicas de la publicidad”

 

Esta visión, del emprendedor como creador de colores especialmente materiales,​ o desarrollo económico, puede ser concebida como un retorno al espíritu del término hispano primigenio, cuando se aplicaba a quienes crearan los elementos físicos básicos –desde catedrales y palacios a máquinas y sistemas de organización– de la Edad Moderna. Hay quienes, con en ese espíritu, en la actualidad consideran al emprendedor como un héroe cultural.  Según Fernando Giner y Grima, el emprendimiento no es una moda política, es el espacio económico creativo que ha generado el enorme cambio tecnológico, que suponen las tecnologías de la información, y el agujero negro provocado por la falta de crédito a las pymes, tras la crisis financiera de 2008.

 

 Tipos de emprendedores

 

Schollhammer (1980) divide a los emprendedores en cinco tipos de personalidades:

 

El emprendedor administrativo.

Hace uso de la investigación y del desarrollo para generar nuevas y mejores formas de hacer las cosas.

El emprendedor oportunista.

Busca constantemente las oportunidades y se mantiene alerta ante  las posibilidades que le rodean.

El emprendedor adquisitivo.

Se mantiene en continua innovación, la cual le permite crecer y mejorar lo que hace.

El emprendedor incubador.

En su afán por crecer y buscar oportunidades y por preferir la autonomía, crea unidades independientes que al final se convierten en negocios nuevos, incluso a partir de alguno ya existente.

El emprendedor imitador.

Genera sus procesos de innovación a partir de elementos básicos y existentes, mediante la mejora de ellos.

Características de un emprendedor

 

Muchos estudiosos del tema coinciden en que los emprendedores poseen una serie de características que los distinguen del resto de las personas. En el cuadro 1.1, elaborado por Sánchez Almagro (2003), se aprecia con claridad cuáles son:

De acuerdo con John Kao (1989), el emprendedor es una persona con características muy particulares, entre ellas:

• Compromiso total, determinación y perseverancia.

• Capacidad para alcanzar metas.

• Orientación a las metas y oportunidades.

• Iniciativa y responsabilidad.

Factores motivacionales

 

• Necesidad de logro

• Necesidad de reconocimiento

• Necesidad de desarrollo personal

• Percepción del beneficio económico

• Baja necesidad de poder y estatus

• Necesidad de independencia

• Necesidad de afiliación o ayuda a los demás

• Necesidad de escape, refugio o subsistencia

 Características personales

 

• Iniciativa personal

• Capacidad de decisión

• Aceptación de riesgos moderados

• Orientación hacia la oportunidad

• Estabilidad emocional/autocontrol

• Orientación hacia metas específicas

• Locus de control interno (atribuye a él mismo sus éxitos o fracasos)

• Tolerancia a la ambigüedad/incertidumbre

• Es receptivo en sus relaciones sociales

• Posee sentido de urgencia/tiempo valioso

• Honestidad/integridad y confianza

• Perseverancia/constancia

• Responsabilidad personal

• Es individualista

• Es optimista

 

 Características físicas

 

• Energía

• Trabaja con ahínco

 

 Características intelectuales

 

• Versatilidad/flexibilidad

• Creatividad/imaginación/innovación

• Búsqueda de la verdad e información

• Planificación y seguimiento sistemático de resultados

• Capacidad para analizar el ambiente (reflexión)

• Visión comprensiva de los problemas

• Capacidad para solucionar problemas

• Planificación con límites de tiempo

 

 Competencias generales

 

• Liderazgo

• Orientación al cliente

• Capacidad para conseguir recursos

• Gerente/administrador de recursos

• Patrón de factores de producción

• Exige eficiencia y calidad

• Dirección y gestión de la empresa

• Red de contacto

• Comunicación

• Persistencia en la solución de problemas.

• Realismo.

• Autoconfianza.

• Altos niveles de energía.

• Busca de realimentación.

• Control interno alto.

• Toma de riesgos calculados.

• Baja necesidad de estatus y poder.

• Integridad y confiabilidad.

• Tolerancia al cambio.

Espíritu emprendedor

 

Por lo anterior, es aún más complicado definir el término emprender, ya que no se trata sólo de una

serie de atributos, sino también de la forma de utilizarlos para sacarles el máximo provecho Sin embargo, el acuerdo generalizado señala que emprender implica la toma de decisiones, pero decidir de manera correcta requiere contar con las competencias necesarias; las cuales abarcan diversos aspectos que habrán de tomarse en consideración, como lo señalan VanderWerf y Brush (1989) al revisar 25 definiciones de emprender, afirman que emprender es una actividad de negocios que consiste en una intersección de las siguientes conductas y acciones:

• Creación: establecimiento de una nueva unidad de negocios.

• Administración general: dirección apropiada para una buena utilización de recursos.

• Innovación: generación y explotación comercial de nuevos productos, servicios,

procesos, mercados, sistemas de organización, etcétera.

• Aceptación del riesgo: capacidad para manejar el riesgo de fallas potenciales al

tomar decisiones o realizar acciones.

• Mejor desempeño: el intento por lograr altos niveles de desempeño o de crecimiento.

Burch (1986) agrega a la lista de características del emprendedor las siguientes:

• Trabajadores: son adictos al trabajo que se enfocan en sus metas y se afanan

incansablemente para alcanzarlas.

• Optimistas: consideran que cualquier cosa es posible y todo momento es inmejorable para alcanzar metas y logros.

• Orientación a la excelencia: su deseo de logro los lleva a hacer las cosas al mejor grado posible para sentirse aún más orgullosos y satisfechos de lo alcanzado.

El riesgo es un elemento que, para algunos autores constituye una característica fundamental del acto de emprender, pues consideran que el emprendedor es un “tomador de riesgos” que pondera los beneficios y asume los peligros que son inherentes a su consecución (Baty, 1990). Por su parte, Halloran (1992) señala que los emprendedores son individuos dispuestos a tomar el riesgo y a asumir sus propias ganancias y pérdidas De la misma manera, Gray y Cyr (1994) establecen que el término emprendedor es sinónimo de empresario. Pero, sobre todo, es “alguien que organiza, controla y asume riesgos en un negocio ante su deseo de enfrentar desafíos, la oportunidad de alcanzar logros y el impulso por cumplir necesidades personales, emocionales y psicológicas”. Por otro lado, Hiam y Olander (1996) definen al emprendedor como un individuo que “inicia, administra y asume los riesgos y recompensas de un nuevo negocio”, mientras que Longenecker, Moore y Petty (1994) lo definen como una persona con “aptitud para innovar y disposición para asumir el riesgo”. Stacey (1980) agrega otro elemento interesante en el perfil del emprendedor, relacionado con la aceptación del riesgo: la capacidad para aprender de los errores o fracasos. Señala que el emprendedor es una persona capaz de levantarse de sus caídas, con una nueva perspectiva de las cosas y un aprendizaje que le permitirá mejorar su desempeño (con perseverancia para el logro de sus metas y objetivos).

En resumen, el emprendedor posee características que le facilitan no sólo emprender, sino también hacerlo con éxito. Entre ellas, algunas de las más mencionadas son:

• Creatividad e innovación.

• Confianza en él mismo y sus capacidades.

• Perseverancia.

• Capacidad para manejar problemas.

• Aceptación del riesgo.

 

Diferencia entre emprendedor y empresario

 

Los emprendedores se diferencian de los empresarios o de los simples comerciantes en que estos últimos carecen de espíritu innovador, de apasionamiento y creatividad, prefiriendo transitar caminos más seguros que conducen a la ganancia económica.

 

Un empresario o un comerciante son, respectivamente, productores o revendedores, cuya causa es apenas perpetuar el negocio en el tiempo.

 

Un emprendedor, en cambio, obedece a un proyecto factible que por lo general supera el mero lucro económico y aspira a modificar el modo de vida de la gente: es decir, en vez de hacer el negocio por la ganancia, se hace el negocio por el negocio mismo, por lo que en el fondo significa.

 


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